martes, 21 de febrero de 2012

Cinco gotas.

- ¿No tenemos otra opción?
- No, esta es la única manera.
- Vale...
La nieve caía de nuevo ocultando la sangre derramada con su manto blanco y puro. Diecisiete rosas rojas para su funeral se marchitaban poco a poco sin remedio junto a un cadáver sin nombre.
El silencio era su única arma y el tiempo corría en su contra.
...Una gota...
Entraron en la vieja casa cual sombra al ponerse el sol. Nadie en la primera sala.
...Dos gotas...
Nadie en los pasillos. El vino seco derramado por el suelo y la comida estropeada no eran buena señal.
...Tres...
Un fuerte olor a podrido llenaba la última habitación. La puerta estaba cerrada. Se miraron el uno al otro.
...Cuatro...
Una luz cegadora les hizo retroceder. Apretaron los ojos con fuerza pues tanta claridad escocía y quemaba sus pupilas.
...Cinco...
- ¡Despierta!



1 comentario: