domingo, 4 de diciembre de 2011

Wunderschön

Una habitación.

Cuatro personas más conmigo: mis familiares y amigos más cercanos y un demonio con apariencia humana que no nos dejaba escapar.

Teníamos miedo, aunque supongo que era normal. Yo paseaba libremente por los pasillos y jardines de aquella mansión, aunque sin poder salir de ella y con una única prohibición: ``Jamás, por ningún motivo, toques el agua´´. Difícil era respetar esa normal viendo lo cristalina que era y lo lleno que estaba el jardín de ella. Pequeños lagos y ríos formaban caminos al rededor de las plantas más bellas que he visto nunca. ¿Por qué no podía tocar el agua? El demonio me lo había prohibido y tenía miedo. Pero el agua me llamaba, se movía ligeramente como mecida por el viento, inexistente en ese lugar, y con un extraño brillo rojizo que todavía me atraía más.

Volví a la habitación, preocupada por los míos. Ví al demonio amenazarles de muerte si no hacían lo que él quería. Pero, ¿Qué es lo que él quería? No podía saberlo, pero el tiempo se acababa. Entonce me vio, ahora venía hacia mí. No sabía que hacer, me quedé inmóvil, mirándole. Él, con rabia en la mirada, llegó hasta mi y me cogió del cuello, acorralándome contra la pared. Me dolía... me dolía y no me dejaba respirar, poco a poco me iba ahogando mientras él me enseñaba un objeto con su otra mano. Parecía un colgante, en forma de corazón dorado, no entendía nada... Pero en ese momento dejé de tener miedo y su mano aflojó mi cuello aún sin soltarlo.

Comencé a hablarle con una voz tranquila impropia de mi. Ahora era él quien me miraba asustado. No recuerdo bien las palabras, pero le dije que le comprendía, que entendía porque hacía todo esto y que podía ayudarle. Él terminó de soltarme, le cojí de la mano y me lo llevé a la cocina. Mi familia me observaba con horror y creyeron que les había traicionado, ¿No entendían que lo hacía por salvarles?Pero ahora no podía explicárselo.

Realmente le entendía y realmente lo hacía por el bien de todos. Cogí su colgante y le miré, ahora lloraba. La sensación fue indescriptible, un demonio llorando, ¿Por qué? No parecía más que un simple humano indefenso.Le abracé y él me llevó hasta donde nadie como yo había llegado. El agua. Me llevó dentro del agua y vi que podía respirar...

Las cosas que allí vi, sentí, toqué y lo que recuerdo de él jamás lo diré, por respeto a su memoria y a su único deseo: ser como yo, humano...

Tras aquella extraña noche él se marchó para siempre de la mansión, despidiéndose de mi con un cálido abrazo. Mi familia y mis amigos quedaron libres pero nunca entendieron lo que hice. Sus mentes no podían ver que incluso los demonios pueden tener algo bueno. Pero ya nada de eso importa.

Ahora estoy en un parque maltratado por las obras y sus máquinas, escuchando una canción en un viejo radiocasete y viendo como dos abuelos charlan mientras dan de comer a las palomas. Me giro hacia la verja metálica que rodea todo el parque y me quedo mirando el enorme vacío que las máquinas van dejando en el suelo...