jueves, 9 de mayo de 2013

TODO POR UN CARAMELO - PARTE 7


¿Llorando? Ahora sí que estaba confundida de verdad. Intenté apartarme ligeramente de él para verle la cara y comprobar si realmente lloraba, pero su abrazo era fuerte y no me dejó. Mis emociones iban de un extremo a otro, no sabía como sentirme, no sabía si debía abrazarle yo a él también.
Solo le había abrazado una vez, poco después de conocernos, antes de ser... suya. Y tampoco había sido nada especial, hacía muy poco que nos conocíamos, desde aquel día en lo que antes era mi casa y...
De repente salgo de mis pensamientos. Él había interrumpido bruscamente el abrazo y se había marchado rápidamente a la cocina, vistiéndose por el camino, sin darme tiempo a verle la cara.
Me quedé allí en el suelo, desnuda. Busqué algo para taparme un poco mientras escuchaba como él se servía un vaso de agua, no bebía otra cosa. Encontré una de sus camisas y dudé en ponérmela por si se molestaba, pero me sentía realmente incómoda sin ropa en ese momento, así que me la puse. Me quedaba grande, muy grande, lo cual era perfecto ya que no había más ropa por allí cerca.
Me incorporé con algo de dificultad por el dolor, apoyándome en los muebles cuando de repente escucho un sonido de cristales rotos. Me acerqué lo más rápido que pude a la cocina y le encontré apoyado en el fregadero, con una mano ensangrentada. Voy a su lado deprisa.
_Amo... - Susurro.
Comencé a limpiarle la mano con mi lengua, mojando con mi saliva cada pequeña herida. Sabía que le gusta. Él me observaba muy serio, analizándome con sus ojos marrones perfectos. Bajé la mirada a causa de la vergüenza. ¿Que era lo que pensaba?
_ Voy a por vendas – Le dije mientras me giraba para ir al botiquín del baño. Pero él me retuvo con la otra mano, haciendo que me girara de nuevo.
_ Mírame – Me dijo y yo obedecí. - Sabes que eres de mi propiedad, ¿Verdad? - su tono era muy autoritario, pero había algo que se me escapaba.
Asentí débilmente con la cabeza sin dejar de mirarle. Al parecer no había notado que llevaba puesta su camisa.
_ Por supuesto que soy tuya amo, yo misma lo decidí. - Me atrevo a decirle.
_ Y sabes que aunque tu lo decidieras nunca podrás decidir lo contrario, ¿Verdad?
_ Lo se amo. Lo sabía antes de decir que sí.
Y era verdad. Yo, que siempre había buscado una relación de las bonitas, con un novio que me pidiera salir con una flor en la mano o alguna tontería de esas... Yo, que quería cenas con velas y paseos nocturnos por la playa... Yo, que termino, sin entender como, siendo la esclava del hombre más atractivo y cruel, del que todavía no comprendo nada...
Y yo, que pese a todo no me arrepiento.
_ Bien – Dice cogiéndome la cara con ambas manos y besándome en la frente – Que no se te olvide nunca.
Y eso sí que era una orden.

CONTINUARÁ...

3 comentarios:

  1. Jou, ya no sé qué pensar de este hombre. Me deja un poco... no sé, casi parece que me siento como tu protagonista. Es maravillosa tu forma de escribir. Aunque me gustaría abrazarla a la pobre, sé que de nada serviría. Pero me parece estar en un callejón sin salida...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias. Siento haber tardado tantísimo tiempo en continuar, la verdad ha sido mucho. Pero me alegra ver que te gusta y que sigues leyéndome ^^
      Me anima a seguir jaja
      Gracias >w<

      Eliminar
  2. Echaba de menos leer este blog. Pensé que lo habías dejado con el parón que tuviste a principios de año, veo que me equivoqué.
    ¡Sigue escribiendo!

    ResponderEliminar