lunes, 8 de agosto de 2011

Tu luz borrosa.

Mira, observa atentamente, ¿La ves? Está ahí. De nuevo se ha colocado en el mismo lugar y en la misma posición. ¿No la ves? Fíjate un poco más, está justo delante de ti, te está mirando, te está hablando; no puedo creer que no puedas verla. ¿Cómo? ¿Que hay algo que te lo impide? Lo único que te impide verla es tu propia necedad. Mira, yo puedo verla, esta suplicando por un poco de tu tiempo. Concentrate y mírala. ¿Sigues sin poder? Vamos, está llorando, sufre por tu culpa, debes hacer algo por ella. ¿Cómo dices? Ah, entiendo… Como no puedes verla te da igual lo que haga, ¿No? Eres cruel, eres despreciable ¿Lo sabías? No se ni como puedo sentir cariño por ti. ¿Te da igual lo que le pase? No perderé mi tiempo con insultos, tan solo te pido que hagas algo por verla, que la ayudes… No hay barreras, no hay nada entre vosotros, ¡Nada! … ¿Que si lo hay? No es cierto, tu solo… Vale, comprendo, te marchas, te da igual. Pues bien, vete, seguro que al final ella estará mejor sola que con alguien como tu...

-Y así fue como la pequeña niña se quedó completamente sola, engañada y utilizada por alguien que ni siquiera pudo verla tal y como era-

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